Complejo volcánico Nevado Coropuna
El sistema glaciar que recubre el Nevado Coropuna ha sido objeto de diversos trabajos que han ensayado, al menos en parte, las metodologías propuestas en esta memoria. En conjunto proporcionan una base sólida para ensayar los geoindicadores propuestos y comparar los resultados que alcance el proyecto (véase debajo de la imagen).
Mosaico Google Earth del sistema glaciar que recubre el Nevado Coropuna
– Silverio (2004) y Peduzzi et al (2010) ensayaron técnicas ráster para evaluar cambios en el área y el volumen de los glaciares empleando sistemas de información geográfica y sensores remotos. Úbeda (2011) realizó un análisis vectorial para abordar el mismo problema, comparando sus resultados por los alcanzados en los trabajos previos, como se explica en el apartado 2.1. de la memoria científica.
– Racoviteanu et al (2007) emplearon modelos digitales del terreno deducidos de la topografía de 1955 y una imagen del satélite ASTER registrada en 2001 para evaluar los cambios observados en el volumen del sistema glaciar.
– La Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos de Huaraz (ANA), realizó dos campañas de monitoreo en 2007 y 2008 recogiendo datos útiles para estimar la ELAm, conjuntamente con el GFAM y la ONG GEM.
– Forget et al (2008). Coropuna; Bromley et al (2009); Bromley et al (2011a); Úbeda (2011); Úbeda et al (2012) y Úbeda (2013) han elaborado cartografías geomorfológicas de las morrenas del Nevado Coropuna, que permiten reconstruir los límites alcanzados en el pasado por los avances glaciares.
– Bromley et al (2011b); Úbeda (2011); Campos (2012) y García (2013) reconstruyeron las altitudes de las snowlines y ELAs, en los tres últimos casos empleando el método AABR, el mismo que se ha propuesto para el proyecto CRYOPERU (apartado 2.2.2.). Además, Úbeda (2011) desarrolló el procedimiento para evaluar la ELAc (apartado 2.2.3. de la memoria científica del proyecto).
– Bromley et al (2009); Bromley et al (2011a); y Úbeda et al (2012), obtuvieron un amplio registro de dataciones absolutas de los últimos máximos avances de los glaciares, que Úbeda (2013) contrastó con proxies de paleotemperaturas de ambos hemisferios y paleohumedad en el altiplano del sur de Perú y el oeste de Bolivia (figura 4 de la memoria científica del proyecto).
– Kuentz et al (2007) y Kuentz et al (2011) realizaron una caracterización biogeográfica basada en el registro polínico superficial de las vertientes de los edificios volcánicos y Herreros et al (2009) analizaron el registro paleoambiental en la estratigrafía de un testigo de hielo extraído de la vertiente norte.
– Úbeda (2011) y Úbeda (2013) obtuvo dataciones absolutas de 36Cl de las coladas de lava de aspecto más reciente cuyas cronologías (6, 2 y 0.7 ka) sugieren que el Coropuna es un volcán activo.
– El Observatorio Vulcanológico del INGEMMET (OVI), conjuntamente con el GFAM y la ONG GEM, mantienen una red constituida por 25 sensores de temperatura del aire y el suelo y humedad relativa del aire, en los sectores NE (desde 2007) y SE (desde 2008) del complejo volcánico. La red ha generado una amplia base de datos que permanece insuficientemente explotada, cuestión que el proyecto CRYOPERU abordará empleando el software que actualmente está desarrollando la ANA. Los datos de temperatura del suelo parecen confirmar que el Coropuna es un volcán activo y han permitido localizar capas de permafrost al este del área de cumbres, que desde 2011 está siendo monitoreada por sensores de temperatura del suelo con telemetría vía satélite.
– El INGEMMET y el GFAM han realizado ocho campañas anuales de monitoreo geoquímico y geofísico, ensayando los métodos pretende aplicar el proyecto CRYOPERU. Esos trabajos incluirán la elaboración de modelos de lahares, en el marco de los proyectos que el INGEMMET ha previsto desarrollar a partir de 2015.
Publicado el 23/08/2014 en Áreas de estudio. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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